domingo, 28 de octubre de 2012

LA LEYENDA DE JACK-O-LANTERN


Jack, era un  irlandés pendenciero y borracho que tuvo la mala fortuna de encontrarse con el diablo una oscura noche, en una taberna. El diablo reclamaba su alma. Pero a pesar del alcohol ingerido, Jack pudo engañarlo ofreciéndole su alma a cambio de un último trago. Entonces el diablo se transformó en una moneda para pagarle al camarero, pero Jack la tomo rápidamente y puso al diablo en su monedero (que tenía grabado una cruz), por lo que el diablo no pudo volver a su forma original.Jack le hizo prometer  no pedirle su alma en 10 años y el diablo no tuvo más remedio que concederle su reclamo...  

Pasado el plazo de los diez años, Jack se reunió con el diablo en el campo. El cual iba preparado para llevarse su alma pero Jack pensó muy rápido y dijo: Iré de buena gana, pero antes de hacerlo, ¿me traerías la manzana que está en ese árbol por favor? 

El diablo pensó que no tenía nada que perder, y de un salto llegó a la copa del árbol, pero antes que se diese cuenta, Jack rápidamente talló una cruz en el tronco. Entonces el diablo no pudo bajar y entonces le obligó a prometerle que jamás le pediría su alma nuevamente.

Al diablo no le quedó más remedio que aceptar.Unos años mas tarde Jack muere. En el cielo no lo reciben pues no correspondía ese lugar para un pendenciero estafador. Y en el infierno tampoco tiene lugar por la promesa que le habia realizado el diablo, que le pide que regrese por donde vino lanzándole un carbón encendido del infierno, para que se guiara en la oscura noche, y Jack lo puso en una calabaza que llevaba con él, para que no se apagara con el viento. Esta es actualmente la imagen del Halloween: una caminata tenebrosa por la oscura noche, solo con la luz del mismísimo infierno en una calabaza.


fuente: ARQUEHISTORIA

jueves, 11 de octubre de 2012

12 DE OCTUBRE

El 12 de octubre ya no es la fecha del apogeo del gran descubrimiento de América, tal cual lo recibimos los de mi generación, en nuestros  primeros años de escolaridad. A partir de la pretendida celebración de los 500 años del “Descubrimiento  de América” (1492 -1992), se definió una nueva visión de la historia  del pretendido “descubrimiento”, en la que al fin los desplazados, los  sometidos, los expulsados de esa historia oficial, abandonaban el culto  del silencio, alimentado por sendas matanzas, persecuciones, supresión cultural. Toda esta teoría disciplinada sistemáticamente por un Dios
castigador, omnipresente y omnipotente. Los expulsados de la historia oficial eran “culpables” de su existencia  diferente en un continente que hasta hace 520 años atrás no existía en  la cartografía del viejo mundo, ni en las escrituras más antiguas de los  cultos conocidos hasta entonces.
Lo que no sabía la historia oficial es que, tal como alguna vez me lo contó  don Maidana, un maestro rural jubilado de la localidad de Abrapampa; 
“Nosotros somos la cultura del silencio. Dominamos  los tres silencios fundamentales. El silencio del respeto,  el silencio de la prudencia y el silencio de la sabiduría”.
Es tan así, que esos silencios lejos de hacer retroceder la memoria 
inmemorial de los pueblos preexistentes, fueron en todo caso, el espacio  donde se cobijó la resistencia de las lenguas y las tradiciones más antiguas  de nuestros pueblos originarios. El silencio, como una enorme trinchera de la sobrevivencia. 

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El siguiente video es un clásico en HABLEMOS DE NOSOTROS. Pero lo considero vigente, actual. Palabras que nos hacen reflexionar. 
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