viernes, 2 de abril de 2021

EL AGUA COTIZA EN BOLSA

Más de doce meses de pandemia. Para ser exactos 15 meses (...maso).
Es lógico pensar que algo hemos aprendido, algo hemos cambiado en nuestros hábitos y también hemos sufrido bastante. Podemos sentirnos dignamente agobiados, cansados, pero sin intenciones de bajar los brazos. Porque la esperanza es lo último que se pierde y queremos recuperar algo de lo que hemos perdido.
A más de un año en pandemia y con las vacunas de por medio, debemos redoblar esfuerzos porque en esto de no ponernos de acuerdo de si la economía es más importante que la salud, que la libertad debe prevalecer si nos quieren encuarentenar, de que prefiero tomar lavandina antes de vacunarme y que me coloquen un chip que me transforme en troskista, y la mar en coche.
Al borde de mí capacidad de mantenerme medianamente civilizada y emocionalmente saturada, me doy cuenta que hay quienes enloquecieron peligrosamente, antes que yo. 

En Wall Street, en el mercado neoyorquino de futuros, comenzó a cotizarse el agua en diciembre de 2020, un giro “peligrosísimo” para el acceso de los más pobres al recurso, según el relator especial de las Naciones Unidas sobre el derecho al agua y al saneamiento, Pedro Arrojo. La tendencia del mundo moderno ha sido reducir el agua a su aspecto económico.

Esto es inexplicable. Puedo imaginar también, tener que comprar algunos kilos de aire y otro tanto de sol cuando voy al súper a comprar arroz, pan, huevos... 

El agua, es un recurso necesario para aliviar la sed, para la salud, la producción de alimentos, la generación de electricidad y diversos usos industriales, entre muchos otros usos humanos. Su valoración en términos de dinero infravalora o ignora aspectos difíciles de traducir en una cantidad monetaria.

La falta de conciencia en su papel clave para la existencia misma, es la principal causa de su mal uso y desperdicio. Reconocer, medir y expresar el valor del agua e incorporarlo en la toma de decisiones son fundamentales para lograr una gestión sostenible y equitativa de los recursos hídricos. 

Creo que algunos han enloquecido, creo que el virus no es tan peligroso para nuestra civilización como lo somos nosotros mismos. Creo que podemos descivilizarnos para crearnos nuevamente como simples integrantes de la naturaleza, aprendiendo otra vez que todos somos parte del cuidado de un planeta que llamamos Tierra pero su mayor porcentaje es agua.