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LA REALIDAD LATINOAMERICANA está maldita porque formó parte del capitalismo colonial. Nostalgia de no ser países imperialistas. Negamos la historia de los pueblos y comunidades indígenas y los devolvemos a la vida para corroborar las tesis racistas que recalcan su incapacidad para apoyar las fuerzas del progreso. En el mejor de los casos, los presentamos como subculturas o imperios que explotaban y sojuzgaban a sus iguales. Pueblos guerreros y despóticos. Con este mito, la sociedad blanca mestiza ladina colonial y los estados-nación del siglo XIX realizan su proyecto de dominación y explotación. Su legitimidad deviene de imponer un orden fundado en la civilización occidental cuyos valores son las libertades individuales y el progreso científico-técnico. Así, explicamos el capitalismo colonial como un mal menor que fue capaz de poner la primera piedra para la construcción de un edificio donde asentar los valores de la civilización católica, apostólica y romana. De esa manera, se deja intacto el proceso de destrucción y expoliación al que fueron sometidos los pueblos indios por el poder regio y el posterior orden republicano. La frustración de no ser europeos, de no compartir sus virtudes y grandezas, nos carcome. No hemos sido capaces de construir historia, por ello repetimos y reproducimos la de otros. América Latina existe como apéndice de los cambios y transformaciones que se suceden a nivel mundial. Es esta maldición la que se encuentra presente en la forma de construcción del pensamiento social latinoamericano.
-Marcos Roitman Rosenmann.
Toda la sangre puede ser cancion en el viento.
¡¡Canta conmigo LATINOAMERICANO!!